La calidad culinaria de la patata gallega es indiscutible. Todos los que hemos podido disfrutar de una comida para llevar en Verín damos fe de ello. Y es que la patata de Galicia, de cultivo tradicional, se cuenta entre las delicias gastronómicas más apreciadas.
El producto avalado con indicación geográfica protegida (IGP) lo acredita en términos de calidad y procedencia. La patata gallega, por méritos propios, ostenta dicho distintivo. Cabe señalar que en España existen más de 100 variedades diferentes de patatas, pero que únicamente dos cuentan con el IGP: la kennebec, gallega; y la prades, catalana. Más de 700 productores gallegos se benefician de este reconocimiento europeo para su comercialización internacional, comprometiéndose a distribuirlas en envases adecuados para favorecer su ventilación y conservación. Las características propias del suelo gallego, sus particulares condiciones meteorológicas, así como el esmero durante las labores de cultivo dan como resultado un producto de cualidades claramente diferenciadas.
La patata gallega, firme y harinosa al paladar, es de piel amarillenta, fina y uniforme, y de carne blanca ideal para cocción; aunque también resulta exquisita frita o asada. Por sus cualidades organolépticas y su bajo contenido de agua, conserva todo su aroma y sabor una vez cocinada. Son muchas recetas de la cocina tradicional las que se sustentan en este delicioso tubérculo y que podemos disfrutar optando por una comida para llevar en Verín.
La tortilla, la merluza, el pulpo o el cocido a la gallega no serían los mismos sin la presencia poderosa de su patata autóctona. En A Casa do Pulpo te lo ponemos fácil ofreciéndote dentro de nuestro variado menú una excelente carne ao caldeiro; las mejores materias primas para una receta auténtica: patatas y ternera de la tierra. Date un homenaje con lo mejor y más solicitado de nuestros fogones, tu paladar y tu estómago te lo agradecerán.