La oreja a la gallega es un plato tradicional de la cocina gallega, caracterizado por su sencillez y sabor distintivo. Su preparación, aunque sencilla, requiere atención a los detalles para garantizar un resultado satisfactorio. Y que, por supuesto, también es una de las comidas caseras para llevar en Verín que realizamos.

El proceso comienza con la selección de la materia prima: la oreja de cerdo. Es fundamental que esta sea fresca y de alta calidad, ya que la frescura influye directamente en el sabor y la textura del plato. Una vez adquirida, se procede a la limpieza minuciosa de la oreja, eliminando cualquier resto de pelo y lavándola cuidadosamente bajo agua corriente.

Posteriormente, la oreja se corta en trozos de tamaño uniforme para asegurar una cocción homogénea. Estos trozos se colocan en una olla con abundante agua fría y se añade sal al gusto. Se recomienda también incluir una hoja de laurel, que aportará un aroma sutil y complementará el sabor de la carne.

La cocción debe realizarse a fuego medio, permitiendo que el agua llegue a ebullición de forma gradual. Este proceso puede tomar alrededor de una hora y media a dos horas, dependiendo del tamaño de los trozos y de la calidad de la oreja. Es esencial comprobar la cocción con regularidad, asegurándose de que la carne esté tierna pero firme.

Una vez cocida, la oreja se retira del agua y se deja reposar brevemente para que pierda el exceso de humedad. A continuación, se colocan los trozos en una sartén con un poco de aceite de oliva y se doran a fuego medio-alto. Este paso añade una textura crujiente y un sabor adicional al plato.

Para finalizar, el plato se sirve caliente, espolvoreada con pimentón de la Vera, que puede ser dulce o picante según la preferencia del comensal. Si buscas comidas caseras para llevar en Verín, no lo dudes y ven a A Casa do Pulpo.